Por: Henry
Acho Oscco
¿El “OTRO
AREQUIPAZO”?
Hace diez años irrumpió un acontecimiento para la sociedad
arequipeña denominado el “Arequipazo” que connota un quiebre, o por lo menos el
primer cuestionamiento claro al neoliberalismo, cuyo proyecto encarnaba (y encarna)
un programa político y económico. A partir de este hecho hay algunos
comentaristas que han tratado designar otro fenómeno social y cultural que está
viviendo la ciudad de Arequipa, el cual no habido mejor manera que llamarlo el
“Otro Arequipazo” el cual lo han relacionado a las grandes construcciones de
departamentos, supermercados o centros comerciales, agencias financieras,
construcciones de cadenas hoteleras, etc. En el cual representantes de diversas
instituciones ligados a capitales privados han consagrado como un hecho de que
la ciudad está poniéndose a la altura de las nuevas urbes de elite,
introduciendo la idea que la modernidad a tocado las puertas a Arequipa. Claro
que en estas afirmaciones no deja de
escapar el carácter ideológico que está inscrito, ya que su intención es responder a todos los que
apoyamos el acontecimiento del “Arequipazo” hace diez años.
Entonces la pregunta surge ¿Arequipa se está
aburguesando? ¿Qué se está construyendo social y culturalmente en Arequipa más
allá de la fascinación de los supermercados y las finanzas? ¿Cuales son los
nuevos actores sociales y políticos del “Otro arequipazo”? Son preguntas que escapan a un artículo, pero
nos ayuda entender que hay procesos sociales que no sólo se deben ubicarse en la
agenda de una sociedad civil Arequipeña de clase media, teniendo en cuenta que
hay sectores populares, y sobre todo “Conos” que responden a otro tipo de
agenda pública, como la constitución de una casa (que algunos denominan
invaciones), agua potable, postas de salud. Estas están relacionadas a la
permanente movilización social que procuran responder a estas necesidades.
Habría que empezar, inclusive, a dar una mirada más
atenta a los conos, y sobre todo al Cono Norte, donde en los últimos años
habido un proceso de crecimiento poblacional vertiginoso. Y podría ser claro
ejemplo como se van constituyéndose dos ciudades en un espacio, o si quieres
llamarlo, la construcción de dos arequipas.
“Y esta buena noticia de la ciudad modernizante” se
enfrenta con las poblaciones de los conos que tienen que pagar el día a día la
elevación de los costos de vida (que la dinámica del mercado oligopólico
genera), sufrir la ausencia de los servicios básicos que el Estado está
incapacitado para darles. Estos procesos nos muestran que esta revolución
conservadora del “Otro arequipazo” presenta su cara más cruel donde los
pobladores de los principales conos populosos tienen que soportar. Una manifestación
clara de una modernidad excluyente.
Sólo para precisar, no habría que confundir el
espíritu, el valor que se construye en los diferentes Arequipazos, en el
“Arequipazo” de hace 10 años, respira una acción más de justicia, de igualdad,
y de una solidaridad sin precedentes que escapa al sentido común, proceso que
se necesita para construir una democracia más popular antielitista; y el “Otro
arequipazo” responde más a la noción del liberalismo, más individual, más
consumista (más fascinación por los objetos libidinales), y su relación es clara a una democracia liberal,
que cada vez termina desvinculándose a la noción de lo popular.